lunes, 9 de enero de 2012

LEYENDO A GIOVANNI SARTORI


Queridos amigos:

De acuerdo a lo que me comprometí con Uds., empiezo a enviarles lecturas sobre derecho y política para que puedan ustedes continuar con el proceso de formación seria que nunca ha de acabar en nuestras vidas.
Les hago presente, aunque ustedes seguramente los descubrirán, lo que a mí entender son párrafos especiales en estas lecturas:

1. “Desde un punto de vista operativo, el demoses una mayoría, o bien absoluta o bien moderada, y la doctrina es prácticamente unánime al afirmar que la democracia tiene que inspirarse en el principio de mayoría limitada o moderada. Si no, vivirá un día y empezará a morir al día siguiente.”

2. “El pueblo es al mismo tiempo, en un primer momento, gobernante, y en un segundo momento, gobernado.”

3. “Son procesos muy delicados porque si no se vigila el trayecto, si en la transmisión del poder los controlados se sustraen al control de los controladores, el gobierno sobre el pueblo corre el riesgo de no tener nada que ver con el gobierno del pueblo. De eso se encarga la maquinaria del constitucionalismo.”

4. “El racionalismo político no acepta la realidad tal y como es; si acaso la construye deductivamente. Y con el tiempo –primero con las utopías, y posteriormente, de la Ilustración en adelante- imagina una sociedad “ideal”, o en todo caso guiada por ideales. Y es el racionalismo el que establece que sin ideales no puede haber democracia.”

5. “Se dice que las elecciones deben ser libres. Sin duda, pero también las opiniones deben ser libres, es decir, libremente formadas. Si las opiniones se imponen, las elecciones no pueden ser libres.”

6. “Cuando se acuñó la expresión, los eruditos de la época sabían griego y latín, y sabían que la objeción de siempre contra la democracia es que el pueblo “no sabe”. De ese modo, a Platón, que invocaba a un filósofo-rey porque gobernar exige episteme, verdadero saber, se le acabó objetando que a la democracia le basta con la doxa, es decir, es suficiente con que el público tenga opiniones. Por tanto, ni “voluntad” cruda y ciega, ni tampoco “verdadero saber”, sino doxa, opinión: la democracia es gobierno de opinión, una acción de gobierno fundada en la opinión.”

7. “La democracia electoral no decide las cuestiones, sino que decide quién decidirá las cuestiones. La patata caliente pasa así del electorado a los electores, del demos a sus representantes.”

8. ““Participación”es tomar parte activa, voluntaria y personalmente. “Voluntariamente” es un detalle importante, porque, si se obliga a la gente a participar a la fuerza, eso es movilización desde arriba y no participación desde abajo. Insisto: participación es ponerse en marcha por uno mismo, no que otros te pongan en marcha ni que te movilicen desde arriba.”

9. “El hecho es, por tanto, que la participación verdadera tiene las piernas cortas, es decir, se circunscribe a las cifras pequeñas. Los defensores de la participación desplazan el discurso y dicen: en la medida en que la participación no se puede expresar de manera eficaz participando personalmente en las decisiones, en esa medida la democracia participativa se transforma en una democracia directa refrendaria y/o electrónica (que se expresa votando “si” o “no” en una computadora). Cuidado, la diferencia es enorme, porque aquí ya no existen interacciones “cara a cara”. Votar en un referéndum o en la computadora personal vuelve a ser un acto solitario. Aquí la participación como un tomar parte colectivamente ya no tiene nada que ver. Pero lo cierto es que, en nombre de la participación, la democracia representativa, que es una democracia indirecta, se ve desbordada y sustituida por una democracia directa.”

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